viernes, 27 de febrero de 2015

Dame tu luz

Dónde está tu luz
Dame, Señor, tu mano guiadora. 
Dime dónde la luz del sol se esconde. 
Dónde la vida verdadera. 
Dónde la verdadera muerte redentora. 
 
Que estoy ciego, Señor,  
que quiero ahora saber. 
Anda Señor, anda, responde 
de una vez para siempre. Dime dónde  
se halla tu luz que dicen cegadora. 
 
Dame, Señor, tu mano. Dame el viento 
que arrastra a Ti a los hombres desvalidos. 
O dime dónde está, para buscarlo. 
 
Que estoy ciego, Señor. Que ya no siento 
la luz sobre mis ojos ateridos 
y ya no tengo Dios para adorarlo.

Jacinto López Gorgé

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